El maldito aparato insistía.
Poderosas salamandras, criaturas de la candela, yo os invoco. El Andanada se convierte en el entusiasmo y las pasiones, en esos sentimientos enérgicos que nos sobrecogen y que nos obligan a actuar o a reaccionar, en el latido del corazón y en el sentido de la vista. Es verdad, y no sé qué decir ni qué pensar… —Bueno, yo me voy a por la morena. Todo esto lo hacía con ligereza y pericia, sin errores, moviéndose con la destreza que dan los muchos años de experimento. Tu hermano no se movía, no hablaba, tenía la ojeada vacía como si de realidad estuviera muerto. Piensa en todo lo que esté relacionado o vinculado a él. Entre el delirio, el sueño y la falsificación desfilan todos los fantasmas de la época.
Escritora de novela romántica contemporánea.
Todo lo que quería era que Daniel le hiciera el trabajo sucio para, luego, quedarse con todo el mérito, como siempre. Contempla también cómo lo hace en caminos y carreteras, y mira qué efecto causa en las cosas de alrededor. Contraté un equipo de profesionales en paisajismo y jardinería de la Escuela Técnica superior de Edificación de Barcelona, y la administración americana que construyó la apartamento —un chalet de doscientos metros cuadrados, de una sola planta—, estaba especializada en materiales ecológicos, domótica y seguridad inteligente. Los pantalones de Proxi, negros y ceñidos, apenas le cubrían los tobillos y esos huesecillos afilados, esas aristas, lanzaban sombras descomunales sobre sus piernas, largas y llenas de ondulaciones, gracias a las linternas de neón que descansaban sobre la tarima. El primero es, por un lado, nuestro Espacio Sagrado, como lo sería una iglesia o un templo en otros credos. El Espíritu es la chispa que da la vida, esa parte de nuestro ser que contagiamos a todo para hacerlo singular y nuestro. Como ve, éste no es el caso de su hermano ni tampoco el de los pacientes con Cotard y, sin embargo, Daniel es incapaz de reconocer objetos o personas.
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