Cuando la suposición a priori es que los presos no deben competir por el trabajo del mundo libre, el argumento es estrecho: los opositores dicen que el trabajo del preso desplaza a los competidores en el exterior, mientras que los partidarios dicen que no.
Preguntas de Discusión
El programa de Herron se destaca porque casi todos los trabajos—desde ebanistas hasta electricistas y cacique de llaves—vienen con un adiestramiento del Departamento de Trabajo, incluyendo uno a través de la Biblioteca del Congreso en el que los presos producen libros en Braille para escuelas estatales para ciegos. Necesitaba estampillas para escribirle a mi hijo. Construyen muebles de oficina, surten prescripciones de anteojos, fabrican productos de limpieza y producen ropa—incluyendo, en Carolina del Norte, sus propios uniformes y los de los oficiales correccionales que los vigilan. Su escasez de recursos todavía tiene una componente de género, puesto que es ella la que se hace cargo del pequeño.
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A pesar de haber huido de un entorno opresor, ellas siguen siendo víctimas de violencia, ya sea psicológica, sexual o física. También, les ayudaría a los presos a enmendar sus crímenes, permitiéndoles pagar restitución a las víctimas. Asimismo, la película enfrenta estas víctimas empoderadas a unos personajes masculinos violentos y dependientes. Puesto que su actividad laboral no es la base de sus relatos, la representación de las inmigrantes en estas películas se construye en torno a la esfera de la generación y no de la obtención. Asimismo, estas secuencias refuerzan la idea de que las mujeres son responsables de mantener viva la relación con la andoba fallecida, cuidando de los sepulcros, y de cohesionar a los miembros de la misma matanza. Pierden el dinero que esos trabajadores y sus familias gastan en los supermercados, bancos, restaurantes y tiendas locales. Estos personajes masculinos negativos dan a las mujeres la posibilidad de enfren- tarse al patriarcado y de asumir una posición independiente.
En esta línea, el presente análisis se propone desentrañar los discursos que circulan sobre las mujeres migrantes. La esfera privada sobresale por encima de la laboral, hasta el punto de que la migración se desprende de su dimensión económica para acudir como una necesi- dad emocional. Pero, dice, "estaba comprometido a cambiar mi vida". Si las motivaciones que im- pulsaron el desplazamiento hacia la ciudad de estos personajes guardaban relación con los hombres de su órbita íntima, el regreso físico o sentimental al pueblo responde a un cambio de situación fami- liar. Sin embargo, Martin se sintió acorralado. Y les ayudaría a acumular algunos ahorros para que puedan reconstruir sus vidas cuando sean liberados. Durante su tiempo de inactividad en el trabajo, utiliza restos de baratija para diseñar y construir relojes de pie que mantienen un tiempo notablemente preciso. Pero cifras del propio gobierno invalidan esa hipótesis.
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