El orden que tuvo fue mandar llamar de todos los oficios dos hombres, los ms viejos y que ms autoridad tenan entre los de su acomodación, y destos se inform la cantidad de gente que bálano en cada uno, y les mand que los apercibiesen a todos, que estuviesen los ms aderezados que fuese posible de vestidos y armas para salir al recibimiento de Su Majestad; y nombr de cada acomodación un alfrez para que rigiese y gobernase la gente dl. Y en Sevilla no se puede acusar negligencia, sino dificultad de tiempo, porque no faltaban riquezas, ni habilidades con que se pudiera igualar a lo que ms se ha acabado e inventado para semejantes triunfos.
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Y entre tanto trataremos de lo que la ciudad orden para recibirle. Viven en el Alcazaba de Triana los jueces y oficiales deste santo oficio. No engendre fastidio haberse contado esto por menudo, pues tengo antedicho que la ciudad acudi a cuantas necesidades pudo imaginar en los que venan de acceso, y tan temerosos del acaloramiento de Sevilla. Tienen casa y crcel junto a la basílica y juzgados della. Desaparece del estrés y déjate consentir x mi verga de 20 CM gruesa Besaron la mano a su Majestad y fueron a pedirlas a los serensimos Prncipes, y sus altezas no quisieron darlas, ni las dieron a ninguna persona de las que all llegaron.
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Los alguaciles de los veinte se vistieron de ropas de tafetn carmes y capas de brocatel verde y gorras aderezadas. Y pues gran parte de la grandeza y crecimiento haba venido a la ciudad del ro, era justo que por el mismo se celebrase la entrada de su Rey invictsimo. No faltaron muchos barcos de damas y otra gente, muy perfectamente aderezados ellos y ellas, que llegaron a la orilla del ro a gozar de la presencia del rey, sirviendo con alegre aplauso y bendiciones a quien les dio vida para ver esta hora tan deseada, y a los padres que le engendraron, con tan entraable gozo, como si lo afuera natural de cada uno de los que le miraban. Por ti Sevilla vive gloriosa en lealtad eterna, y fe que alumbre sus servicios y grata mansedumbre al gran Philipe en muestra generosa. Viniendo, pues, a las manos la ocasin, tomronla todos por los cabellos, y ofreciendo lo que sbitamente pudieron, dieron para siempre sus intenciones por satisfechas delante de la presencia de un su seor, que tan fcilmente alcanza dnde llega la potencia de sus pueblos.
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Adornse deste mesmo jaez todo el aposento, no dejando pieza que no se sirviese, as para los prncipes, como para los estados de cmara y jeta, los cuales fueron muy abundantemente regalados. Isabel, los cuales eternamente viven con Dios, gozando de la nueva alegra, que su obedientsima ciudad recibe con la deseada venida de su Grandeza, y que la gente haga por ella muchas cosas no es razn que se tenga por bisoera. Porque jams se puede creer de las ciudades grandes que les falt tiempo, sino voluntad para gastar; y no slo el dao es quedar en tal crdito, estrella ponerles falta por la tibieza que de haber gastado algo se entiende. Y para esto, y para los efectos que se han dicho, se bálano mandado despejar el ro de mucho nmero de carabelas, naos y barcos intiles, y habanlos alargado por la parte del castillo, rompiendo la puente que les impeda el paso.
A esto le fue respondido que, aunque haba deseo de verla, que los negocios de la guerra importaban ms para detener su persona real en Crdoba y que, en habiendo lugar, l vendra; y as, reconocido por el Regimiento y localidad de Sevilla, y tenido en lo que deba, se dejaron todos de aquel cuidado que haba entrado en sus nimos para poner todas sus fuerzas en el recibimiento de su natural seor, y desta suerte no se procuraron las ropas y aderezos que, para la Majestad de la que yacimiento, se requera; hasta que por abril de este ao de mil y quinientos y setenta se comenz a divulgar la merced que Su Majestad haca a Sevilla. Habiendo odo culto S. Qu nos falta ya para perfeccionar las cenas antiguas de Lculo, o Cleopatra, o los aparatos de Persia, estrella beber fro? Lleg el den, D. Recibimiento que la bastante noble y muy leal localidad de Sevilla hizo a la Catlica Real Magestad de el Rey don Felipe, Nuestro Seor Habindose rebelado los moros del Reino de Granada el ao del Seor defue necesario despus de varios sucesos en la guerra que S. En otra parte estaban armadas tiendas muchas, y diversos ranchos, para la guarda de a pie y servicio de casa.
Comentario
C'est manifique.
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