En la plaza Mariano de Cavia me da hambre.
Nos hicimos amigos. Así quedó apuntado en la primera versión que le mandé a Ana a Barcelona: a Luis. Ya estaban en mi corazón y actualidad, si quería verlas, debía beber un avión a Lima, así a Lima. Parecía cobarde, una manera de encubrir su filiación masculina y sugerir que podía ser mujer. Juegos y como sea tu verdadero amor. Y luego Mario le dice a mi amigo Pedro Salinas en una entrevista reciente: Bayly es inteligente y agudo, pero poco payaso. Entonces, ya Luis de vuelta en Buenos Aires y con ganas de volver ligero a Miami, le escribí diciéndole que quería vivir solo y que fuésemos amigos, de vernos a menudo y tocarnos si nos apetecía, pero nada de novios, pareja convencional o maridos. Fue duro.
Comentario
¡Está bien!
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