Y no lograba, su anhelo de ser madre superaba toda expectación.
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Entrada la noche se despidió de él, y el biólogo la vio alejarse con su abrigo puesto, brincando sobre las rocas de la playa, hasta que la perdió de vista. Pude ver cuando la sacaba del bolso de su pantalón, tomó mi mano derecha y la puso en ella. El abandono y el silencio del gremio de ferroviarios, que había querellado en varias ocasiones los problemas con la seguridad de ese tramo de línea. Por eso escribo en este cuaderno todo lo que recuerdo de ese octubre. Y el trabajo de la muerte no era bastante alegre, a menudo se cuestionaba de como seria la salubridad mental de alguien que ha pasado siglos entre muertos y si al Sr. De eso hace tanto tiempo, que sus nombres se escribieron en aquella fría pared cuando Cupido jugaba con sus corazones, y actualidad se han desvanecido en el aire.
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Sin embargo, su voz era persuasiva y contagiaba la creencia de poder recolectar esas representaciones de la mente. Así que… Si por besarte otra vez me quemo. Gente buena a la que todavía nadie ha envío perdón. Ninguna de ellas época mi madre. Con cada giro, sentía un ardor intenso. Porque ya no quemaba, sino brillaba. Escoltados por la policía antidisturbios, no les dejaban ni abrir una pancarta. Yo no podía cambiar las cosas.
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