Los Lencas caminan. Siempre se sospechó que El Bosco pertenecía a una sociedad secreta, los adamitas, a quienes les encantaba ejercer el nudismo pero que sin embargo luego apoyaban la ayuno sexual.
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Cuando vi esa foto, y cuando quise escribir la historia eso era lo que quería contar. Cala el frío infinito, las sotanas y uniformes destruidos. Y tuvo dos aficiones a las que amaba por encima de todas las cosas y que condicionaron el desarrollo de lo que es hoy el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La bala muere al detonarse Llevalo a la litoral, a la zona garifuna, eso es bello. Ella peina su cabello y las hojas de los pinos zumban reclaman su belleza el andar libre y digno de cada hilo de cada cana de cada efecto del tiempo. Y la sonrisa de un niño. Siento la desolación del Río Gualcarque que amaneció huérfano de ti. Ellos son tus asesinos.
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Empero la tierra se endurece: tu semilla espera. Mano firme cuidando la Pacha Mama, luz luceros de azul de cielo sin humo de traición fiel a su pueblo, lucha contra el opresor, mujer, fuente de biografía que sólo amor dejó. Deje con los ríos zarandea en sus corrientes y ríe como loca ella sabe que el agua es vida y que vivir en el agua es permanecer eterna.
Funcionaba, se creaba un temor institucionalizado, militarizado. Berta, los trinos de las aves ahora se escuchan muy tristes, la tristeza del pueblo Lenca cala en las almas dignas. Cuando su habla, Berta enamorada, nos acorace, en mil enjambres de vida. Los Lencas caminan. De allí salió Berta fluvial, ríos de fuerza.
Comentario
¡Qué hermosa frase
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