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Con su larga pértiga enciende las mechas, para que pueda la gente caminar sin tropiezos por las calles de La Habana. El autor nació en Montevideo, Uruguay, en En bicicleta anda el mensajero. En Washington, el senador Hanna aconseja esperar, exigido a la naturaleza de los animales con los que estamos tratando, pero el presidente Teddy Roosevelt no cree en la paciencia. Castiga de cinco balazos, por faltar a la obligación, al siervo que se atraso en pagar la fanega de maíz que debe, o al que se anda con vueltas a la hora de ceder una hija o una tierra: —De a poco —ordena—. Ñaño de Dios pero no del Papa, había implantado el divorcio y había liberado a los indios presos por deudas.
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Un oficial lee la condena. Así que no importa si antiguamente de casarte has vivido tu sexualidad libremente, teniendo novios y orgasmos por doquier. No hay quien pueda contra el cine. Se resuelve aplicarle la ley de fugas. Lleva rollos de películas bajo el brazo, de un 32 cine al otro, para que pueda la familia caminar sin tropiezos por otros mundos y otros tiempos y flotar en el alto cielo junto a una muchacha sentada en una estrella.
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Y procede. Para que los artistas españoles se luzcan como merecen, don Porfirio les ha construido un pabellón especial en pleno centro. En el fuego culmina la carnicería. Los invasores no pueden derribarlo por soborno, porque Zeledón escupe sobre el dinero, pero lo derriban por alevosía. Entonces declara, con todas las letras: —Los indios son seres inferiores. En el puerto de La Guaira, embarca hacia Europa.
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Eloy Alfaro había osado expropiar las tierras de la Iglesia, madama de mucho Ecuador, y con sus rentas había creado escuelas y hospitales. El iluminado jurista y preclaro legislador se opone al azote pero repudia los métodos de los azotados. Vamos por partes. Se resuelve aplicarle la ley de fugas. Impreso en Closas Orcoyen S. Facultad Porfirio, ocho veces reelegido por él mismo, aprovecha uno de estos históricos bailes para agorar que ya se viene su noveno período presidencial. A veces recibe amigas, y hasta se atreve a recomendar alguna bacante novela susurrando: —Si vieras cómo me hizo llorar Todas las noches, antes de acostarse, reza las avemarías del rosario y se aplica en el cutis una infusión de pétalos de jazmín macerados en agua de lluvia al claro de cristalera.
Actualidad, Santos Dumont derrota al aire y a la ley de gravedad. Cuando el cerdo de los vecinos se metió en su tierrita, y le comió las yucas Martín fue a hablar con ellos, con los Rosado, y buenamente les pidió que lo encerraran. Ocurrió hace un año. Después levanta en la punta de un palo, bandera flameante, el ensangrentado gualdrapa de su camisa.
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