Todavía en gran medida los adolescentes abandonaron las instituciones de cuidado cuando alcanzaron la mayoría de edad. Alejandro, un economista de 55 años, no deja de sorprenderse cada vez que vuelve a su casa y se da cuenta de que su hijo Brian, de 15 abriles, se comió un frasco de mermelada.
Quiero adoptar
Es el resultado de un enjuiciamiento que comienza cuando se determina que un niño, niña o adolescente no puede seguir viviendo con su familia de origen por riesgo para su decencia o por que sus padres no pueden hacerse cargoporque fue abandonado, porque la familia manifestó su deseo de no hacerse cargo o porque los progenitores murieron. Son los niños que pueden estar institucionalizados fuera de su familia biológica. Este tipo de adopciones incluye, de forma invisible, el pasado de los chicos. Por lo tanto, no van a ser declarados en situación de adoptabilidad. Ambos padres coinciden en que se van mimetizando con los hijos; intercambiaron muletillas y, sin darse cuenta, se copiaron formas de embromar o de pararse, como en cualquier familia. Todos sufrieron una vulneración de derechos y vivieron en instituciones. Acordaron saludarse con un golpe de palma y de puño.
Lo que tenés que saber
Franceschi se encariñó con él. Poco similar ocurre con las situaciones de salud de los chicos. En la actualidad, este registro cuenta con 5. Asistió a algunas charlas abiertas y entendió dónde estaban sus posibilidades. En su primera experiencia, tuvo un acercamiento con un joven que, finalmente, se revinculó con su familia de origen.
Por separación
Viven juntos desde hace 11 meses, luego de haber completado el proceso de vinculación que incluyó las visitas al hogar, las salidas los fines de semana, un período de prueba de seis meses, hasta llegar al juicio de adopción en el que se formó la noticia familia. Son momentos que individuo se quiere guardar, como su cumple de 18, que fue la primera fiesta que tuvo para él solo porque en el hogar festejaban un mismo día todos los cumpleañeros del mes. Gustavo Franceschi nació en Córdoba hace 52 años y hoy vive en Salta, adonde trabaja como productor de televisión. La mayoría de estos manifestaron su voluntad de adoptar niñas o niños de hasta un año, seguidos por los de cuatro años, mientras que solo se anotaron para adoptar chicos de hasta ocho años y 44 para jóvenes de aun 12 años. El juez faceta parte de ese ideario social y es clave que entienda este nuevo tipo de paternidad.
Cuando esta convivencia transcurre sin alteraciones, los servicios de adopción se ponen en contacto con el juez que valida todo el proceso. Es entonces cuando el niño, niña o adolescente es llevado a un hogar o a una familia sustituta. Es el resultado de un enjuiciamiento que comienza cuando se determina que un niño, niña o adolescente no puede seguir viviendo con su familia de origen por riesgo para su decencia o por que sus padres no pueden hacerse cargoporque fue abandonado, porque la familia manifestó su deseo de no hacerse cargo o porque los progenitores murieron. Los registros de cada provincia trabajan junto a los inscriptos en la disponibilidad adoptiva. A veces le pregunto si él se terminó, por antonomasia, una caja de bombones. Los monoparentales masculinos, su nombre técnico, son una forma novedosa de familia en Argentina que rompe con estereotipos y que, también, permanece casi en secreto. Samuel, por ejemplo, hacía tres abriles que no sabía nada de su hermana mayor, Nancy, adoptada por una familia porteña. Desde la perspectiva de quienes quieren adoptar, los desafíos por adelante todavía son muchos. Este tipo de adopciones incluye, de forma invisible, el pasado de los chicos.
Comentarios destacados
Son los niños que pueden estar institucionalizados fuera de su comunidad biológica. Nos complementamos de semejante manera que es como si siempre hubiéramos vivido juntos. Frontal se acercó personalmente a gorronear información; meses después asistió a una charla en la que también participaban parejas y monoparentales femeninas. Los monoparentales masculinos, su nombre técnico, son una faceta novedosa de familia en Argentina que rompe con estereotipos y que, todavía, permanece casi en secreto. De golpe, ya no era libre para irse al cine después de la administración ni para pasar el fin de semana en alguna isla del Tigre. Pese a las rupturas, la llamita de la paternidad nunca se apagó. Después visitó a un nene de 4 años en un andurrial, salieron varias veces y se sintieron cómodos. Viven juntos desde hace 11 meses, luego de haber completado el proceso de vinculación que incluyó las visitas al hogar, las salidas los fines de semana, un década de prueba de seis meses, hasta llegar al juicio de adopción en el que se formó la nueva familia. Así se puede ver que los deseos de los adultos que quieren ser padres no siempre se alinean con la existencia de los chicos.
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